Acta est fabula

martes, 11 de octubre de 2016



Todavía no he encontrado una palabra para definir este libro. Me ha gustado tantísimo que se me está haciendo un mundo intentar resumir en una reseña lo que he leído sin desvelar nada. Es el primer libro que leo de Javier Negrete, pero tengo por seguro que este no será el último, ya que le he echado el ojo al resto que tiene publicado.

Digamos que este libro lo descubrí por casualidad. Desde mayo en adelante, me dio por ir buscando por todos los puestos y tiendas de libros de primera o segunda mano, ejemplares que versaran sobre mitología. Es un tema del que me gusta aprender y del que guardo buenos recuerdos de mis dos años de bachillerato. Total, que busqué y busqué y, finalmente, encontré dos libros: «El universo, los dioses, los hombres» de Jean Pierre Vernani y «Señores del Olimpo».

Durante este verano, me he leído los dos y, aunque el de Vernani también me gustó, sin duda alguna me quedo con el segundo. Es cierto, que el primero explica los mitos tal y como son, o al menos tal y como los cuenta y conoce Vernani. Es decir, es un libro más bien técnico, pero que te ayuda a conocer en profundidad mitos que quizás no hayan tenido mucho “bombo”. O que sí lo han tenido, pero también se han dejado muchas cosas en el tintero a la hora de transcribirlos.

Por el contrario, el segundo se trata de una novela, en la que mezcla los mitos griegos con el fantasioso mundo de los dioses. Es decir, el libro de Negrete trata sobre la lucha de Zeus contra Tifón, cuando el olímpico ya se ha asentado en la cima y se ha convertido en el “padre” de los demás dioses. Aunque ese es el tema principal, narra diferentes mitos durante la historia y, a pesar de que algunos los ha modificado para su historia, son coherentes y llaman la atención.

De hecho, yo cuando me empecé a leer el libro, pensé que sería exactamente igual al anterior porque tampoco me dio por leer la sinopsis, todo hay que decirlo. Pero, es que, da la casualidad que comenzaba hablando sobre el surgimiento de Gea y Urano, y como después aparecían los titanes y sus hermanos. Narraba en las primeras hojas cómo Cronos castró a su padre y, después, como Zeus destronó al suyo. Pero, de repente, ahí comienza la novela. No se trata de un texto técnico como el de Vernani, sino de las canciones de un citaredo.

Lo mejor del libro es que te mantiene en suspenso hasta el final. Es decir, aunque yo sabía cómo acababa el enfrentamiento entre Zeus y Tifón, transcurren tantas cosas en las trescientas páginas del libro que a veces piensas que seguramente no haya seguido ese mito al pie de la letra como ha hecho con otros.

¡Y ya me callo! O al final acabaré haciendo algún que otro “spoiler” y sé que tanto Alejandro como Mónica se están leyendo este libro, recomendados por mí. Y espero que vosotros, lectores, sigáis su ejemplo. Pongo la mano en el fuego prometido de Prometeo que no os decepcionará.

PD: Espero no acabar atada en el Cáucaso por haber dicho ese último. Zeus se apiade de mí.


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