Acta est fabula

martes, 1 de noviembre de 2016



Ahora que todavía estamos con la resaca “post-Halloween”, ¿qué mejor que llevarse todo el día en el sofá con un buen suministro de palomitas (con sal o mantequilla, como más os guste) y una buena película que tenga ese espíritu de Halloween bien despierto?

No os traigo ninguna película de sobresaltos, principalmente porque no soy muy dada a verlas y, si lo hago, lo tengo que hacer escondida detrás de un cojín para así taparme los ojos en los momentos “clave” (o de susto) de los filmes. Es decir, nada de muñecas de porcelana demasiado grandes y siniestras como Annabelle; ni nada de espíritus o fantasmas que se dedican a hacerles imposible la existencia a una familia o a torturar a un miembro de la misma.

Os traigo la película basada en el doctor “chiflado” que creó uno de los monstruos que todos conocemos y a los que algunos le tienen cierto cariño, nada más y nada menos que Frankestein. Todos conocemos el origen de este “monstruo” gracias a la novela de Mary Shelley y, por supuesto, gracias a las múltiples películas infantiles o para un público de mayor edad en la que salía dicho experimento. Pues, al fin y al cabo, eso es este monstruo: un experimento de un médico o científico (elegid el que más os guste) para alcanzar la vida tras la muerte o, lo que es lo mismo, la inmortalidad.


Pero como os decía, la película (como bien versa su título) trata de la vida de ese hombre que creó al monstruo, un hombre que quería ahondar en los entresijos de la vida y de la muerte, y que quería que el apellido Frankestein se recordara con el paso de los tiempos. Y todos sabemos que lo consiguió, ¿no? Volviendo al meollo de la cuestión, para lograr dicho objetivo contó con la ayuda de Igor, un jorobado que le servía como ayudante en sus estudios. Digamos, que éstos dos personas son los dos puntos clave de la película.

Ahora es cuando os hablo de los actores. James McAvoy ha sido el encargado de interpretar al loco de Victor Frankestein y a mí, particularmente, me encantó, no es porque esté enamorada de él desde que lo conocí ni nada de eso, eh. Ahora en serio, pienso que supo captar esa necesidad, esa demencia que hizo que Victor se embarcara en un experimento de tal calibre, incluso cuando esté al principio no daba resultados satisfactorios. No lo había conocido en ningún papel de “trastornado” hasta este película, pero ahora estoy deseando verlo en «Múltiple», película que se estrena el 20 del próximo enero.

En cuanto a Igor, interpretado por Daniel Radcliffe, y protagonista principal del filme ya que cuenta la historia de Victor, no lo hizo mal. Pero, en algunas escenas, yo estaba esperando a que sacara su varita mágica a lo Harry Potter. Y quizás esto sea más culpa mía que del actor, porque verlo durante tanto tiempo desempeñando el papel del niño que sobrevivió me hace raro verlo en otros registros. Pese a ello, lo repito: cumplió su papel a rajatabla y lo admiro por llevarse casi quince minutos de película doblado completamente debido a su joroba, a mí me dolía la espalda con solo mirarlo.


En definitiva, es una buena película para echar la tarde y, por qué no, alargar un poco más la festividad de Halloween con auténticos clásicos del cine de terror. Aunque he de admitir que esta película no es que sea de mucho miedo, quizás por eso mismo la he visto… (soy una miedica, lo sé).





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