Acta est fabula

martes, 25 de octubre de 2016

Recuerdo a la perfección el día que compré este libro. Me acuerdo porque fue el primero (de muchos) que adquirí en la que hoy por hoy es mi librería de segunda mano favorita del mundo mundial. No sé muy bien ni siquiera cómo la encontré, porque lo cierto es que está bastante escondidilla entre las calles y callejas de Sevilla. Recuerdo que fue en un día nublado, que llovía a ratos y que una brisa fría -para nada propia de esta provincia andaluza- recorría las calles haciendo de cualquier paseo una verdadera odisea. De casualidad, como todo lo bueno que sucede en esta vida, me topé con su refugio.

Me quedé mirando un breve lapso de tiempo el escaparate; y no hizo falta más que asomarme al interior de la polvorienta tiendecilla para quedar totalmente prendado de ella. El olor a café lo inundaba todo, acompañado de un dulce aroma a café, a papel y a madera. Libros amontonados por todas partes, sin orden ni concierto. Algún anciano observando con sus ojos sabios los también viejos tomos. Allí se respiraba calma y tranquilidad. De verdad os digo que el tiempo parece no pasar allí dentro; miré estante por estante, libro por libro, hasta que mi cabeza ya no podía retener más nombres. Fueron cuatro los libros que me llevé en aquella ocasión, y entre ellos estaba «Fundación». Recuerdo, además, que el librero me dijo que era uno de sus libros favoritos, y que ni siquiera sabía que lo tenía en venta. Me lo llevé sin dudarlo.

Si os digo la verdad, no me esperaba demasiado de «Fundación». La ciencia ficción me apasiona, pero no sé por qué precisamente por este libro no tenía demasiado hype. Sin embargo, en cuanto me leí un par de páginas, me di cuenta de que lo que tenía entre mis manos era mucho más que un buen libro. Su argumento se basa principalmente en la dispersión del hombre alrededor de toda la galaxia. Cada planeta, cada pedazo de tierra en medio de la nada, está ocupado por seres humanos. La capital del "Imperio" que se ha establecido -Trántor- es el centro neurálgico de todo el Universo. La historia comienza con las profecías apocalípticas que Hari Seldon -psicohistoriador- proclama sobre el fin del Imperio. Esto será lo que determine todo el curso de la novela, así como los libros venideros a la misma.


Cuando lo estaba leyendo, tenía la sensación de estar viviendo una historia galáctica y espectacular, tal y como se ve en «Star Wars», por ejemplo, pero mucho más argumentado, más real; destripando cómo es la economía, la política, el comercio, la gente en sí...

Sí que tengo que decir algo en su contra; y es que me parece que, al igual que dije en su momento con «Africanus: El hijo del cónsul», me parece que «Fundación» trata de abarcar períodos de tiempo demasiado extensos, y esto hace que se produzcan multitud de guerras, aparezcan muchísimos nombres de personajes nuevos... En pocas páginas. Y esto hace que el lector pueda perderse con facilidad.

Personalmente, he de decir que ha cumplido más que de sobra todas mis expectativas. De hecho, ya estoy leyéndome el segundo libro de la saga.

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